miércoles, 6 de octubre de 2010

SOBRE LA MODERNIDAD Y EL INDUSTRIALISMO

LA INDUSTRIALIZACIÓN Y LA MODERNIDAD
EN LA VIDA DEL HOMBRE

Por: América Zanga Nina (2do Semestre “C”)La mano de obra del trabajador era muy apreciada y el vivir fue más tranquilo hasta que llegó la revolución industrial y la modernidad. Entonces, las consecuencias se sintieron en diferentes aspectos de la vida. Los impulsores de estas transformaciones prometieron que habría cambios positivos. Sin embargo, lo que se ve son diferentes problemas que alteran nuestro andar.
Gracias al industrialismo fue que no se reconoció la mano de obra del hombre en su fuente de trabajo. La situación tuvo trascendencia desde el inicio. El nuevo orden trajo con ella al modernismo. Éste fue el fantasma del hombre ya que muchas personas fueron despedidas de sus puestos laborales. Por otro lado, vinieron las propuestas para un mundo mejor. Las fábricas adquirieron diferentes maquinas que reemplazaron al hombre porque hacían la labor con mayor rapidez y efectividad. Se prefirió elegir la consigna de “a menor tiempo más productividad y más dinero”. Fue así que el hombre ha sido desvalorado como fuerza de trabajo.
En el contexto de la industrialización, la propiedad que se establece es la privada, o sea, se pierde lo colectivo. El pensamiento del hombre es “todo lo mío no es tuyo”. En ese sentido, el que más tiene es más valorado, el ser humano se categoriza por la magnitud de lo que posee. En otras palabras, lo anterior tuvo influencias en el orden social. A los ricos se los llega a considerar que son de un nivel social mejor y a la gente que vive en la pobreza como la peor clase de la sociedad.
La concepción sobre los ciudadanos es que todas las personas son iguales y aptas. En nuestros tiempos muchos piensan que los hombres son diferentes, pero no es así porque los hombres somos iguales, es decir, tenemos tanta capacidad como otros y podemos aprender cada día más. Aunque el pensamiento sobre el ser humano era igualitarista, en realidad no se llegó a concretar en los hechos porque había desigualdad económica, y social, por ende, política también. Hace algunos tiempos atrás, se pensaba que los agricultores, por ejemplo, eran aptos solo para esa labor y que ellos no podían estar en una oficina. Esa discriminación surgió desde que los mismos hombres empezaron a crear nombres a los diferentes trabajos y con estos crearon inequidades muchas veces prejuiciosas. En las épocas de las cuales estamos hablando, las mujeres no fueron valoradas como personas capaces para trabajar fuera de la casa, donde no recibían ni reciben ningún tipo de remuneración ni son reconocidas; los hombres eran valorados más y no se tomaba en cuenta al género femenino que posee las mismas aptitudes que los anteriores.
La modernidad se encargó de hacer la vida muy fácil y cómoda y, a su vez, trajo con ella terribles problemas como la desigualdad social y nos alejo de la naturaleza. La vida se hace muy rutinaria ya que con todo lo que trajo la existencia es muy monótona, estresante y carente de nuevas experiencias. El hombre está atrapado por sus quehaceres y, en muchas ocasiones, no depende de sí mismo. Éste fenómeno está con nosotros desde que dormimos hasta que nos levantamos, pero lo que más sobresale son sus efectos negativos. La mayor parte de los productos son elaborados por máquinas y eso nos lleva a una vida de sobrevivencia y consumismo, lo cual nos diferencia de aquel hombre que vivía vinculado a la madre tierra cuidando el medio ambiente. Hay mucha gente que no puede vivir un solo día sin adquirir objetos, víveres, etc. Consiguientemente, el modernismo hace que los seres humanos sean muy dependientes desde pequeños ya que reprime la creatividad.
La modernidad nos prometió muchas cosas maravillosas, como el avance tecnológico, el desarrollo y la eliminación de la pobreza; sin embargo, en realidad trajo muchos problemas. Gracias a ella nuestro mundo se está destruyendo. Ha acabado con nuestra naturaleza que es nuestra fuente de inspiración. Los desechos que emiten las máquinas de diferente índole están destruyendo cotidianamente nuestro entorno biológico y, actualmente, nos va llevando a la desgracia.
Otro aspecto es que ha traído el dominio de unas lenguas sobre otras. Lastimosamente, las lenguas nativas fueron desplazadas porque muchos prefirieron abandonarlas por otro, supuestamente, de más prestigio. El modernismo trajo consigo la desvalorización de los idiomas autóctonos, incluso de parte de sus propios hablantes. Existe varios factores para ello: los objetos contienen instrucciones en códigos extranjeros como el inglés, por ejemplo, y no en aymara, quechua o guaraní. El problema no sólo se queda en lo indicado; muchos no aprecian su cultura y quieren ser como los habitantes de países industrializados.
En suma, el industrialismo y la modernidad no llegaron a ser lo que se dijo. El tipo de propiedad no favorece a la vida del ser humano. Aunque existieron promesas de equidad entre los hombres, no se llegó a concretar. Nuestras lenguas no son muy apreciadas ni por nosotros mismos dado que se dice que los idiomas extranjeros te abren muchas más oportunidades.

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